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jueves, 30 de mayo de 2013

LA EVOLUCIÓN DEL DEPORTE A TRAVÉS DE LA QUÍMICA...




El lema olímpico, “más rápido, más alto, más fuerte”, define una de las cualidades intrínsecas del hombre: superarse. La Química ha sido la ciencia que ha permitido desarrollar los materiales capaces de hacer realidad las palabras acuñadas por Pierre de Cubertain.

Lo cierto es que prácticamente todos los deportes han experimentado una considerable evolución, y si hoy los deportistas baten constantemente sus propias marcas, se debe en gran medida a los equipos basados en nuevos materiales más flexibles, más ligeros y más fuertes. La
madera, el hierro, el cuero y otros materiales tradicionales han dejado paso a compuestos químicos de simple o alta tecnología.

Empezamos por la bicicleta. Para que ésta sea más ligera se empezaron a sustituir el acero y el aluminio en beneficio de la fibra para-aramida (que hace el bastidor más ligero y sólido) o la fibra de carbono que aligeraba ostensiblemente el peso del cuadro. El sillín está recubierto de un gel hecho de elastómero que lo hace más confortable y disminuye el dolor gracias a un mejor reparto del peso en la superficie.
En el tenis, el gran cambio se produjo cuando las raquetas de madera dejaron paso a materiales químicos mucho más avanzados como fibra de vidrio, fibra de carbono, grafito, kevlar, o cerámica, que supusieron una auténtica revolución y permitieron que los tenistas lograran más control, precisión y potencia. Para los cordajes ya se había recurrido a la química utilizando nylon, multifilamentos o poliéster.

Las pelotas

La variedad de pelotas utilizadas para practicar deporte es infinita en función de las necesidades de cada actividad física. Las hay grandes o pequeñas, redondas u ovaladas, más lisas o más rugosas, duras o blandas… y la lista de deportes que se juegan con una u otra es interminable. La pequeña bola blanca de golf, por ejemplo, posee un núcleo flexible rodeado de una envoltura dura capaz de resistir el fuerte golpe del palo de golf. La envoltura está fabricada con una variedad de polietileno, el mismo material con el que se fabrican, por ejemplo las bolsas de plástico.

Por su parte, las pelotas de tenis deben ser capaces de resistir el choque cuando vuelan por las pistas a una velocidad de 200 kilómetros por hora. Para lograrlo, su interior de caucho está rodeado por una capa de tejido de una fibra sintética.


Únicamente la pelota de ping-pong no ha cambiado desde 1890. Se fabricaba y se continúa fabricando de celuloide -la misma materia que entonces se empleaba para fabricar las películas de cine-.
Las del billar fueron primero de madera y después de marfil hasta que llegó la química y pasaron a ser de una resina sintética que hace que la bola sea más redonda y ruede con  más precisión sobre el tapiz.




Deporte rey: el fútbol




¿Quién no recuerda esas míticas fotos de los balones de cuero? Éste hacía que carecieran de una forma perfectamente esférica, además que eran  poco elásticos. Cuando llovía absorbían mucha agua. Hoy se emplean poliuretanos en vez de cuero como material exterior de los balones, debido a la impermeabilidad al agua de este material y a su extrema resistencia a la abrasión. En su interior se halla una bolsa que puede ser también de poliuretano o de caucho butilo. Otra de las ventajas de este material sintético es que permite retener el aire hasta diez veces más tiempo que las sustancias naturales.
Las botas de fútbol están llenas de química para proteger el pie del futbolista. Así, se sustituyen materiales tradicionales por materiales químicos con mejores prestaciones como el policloruro de vinilo, poliuretanos termoplásticos, caucho butilo, o poliéster. Para la máxima protección de las costuras se dispone de suelas de una sola pieza hechas de espuma, las cuales poseen excelentes propiedades de absorción del impacto, habiéndose extendido también la utilización del copolímero etileno-vinilacetato espumado. El uso de estos y otros materiales de origen sintético ofrecen una gran resistencia al choque, proporcionan comodidad, y aseguran una distribución óptima de la presión del pie.
La química también forma parte de la ropa deportiva. Nylon, lycra, poliéster y diversas fibras sintéticas se incorporan a la fabricación de camisetas para absorber mejor la transpiración, permitir una mejor circulación del aire, optimizar la temperatura corporal y hacerlas más ligeras.

Instalaciones deportivas

Cúpulas, estructuras de las gradas, cubiertas que se alzan sobre el público, pavimentos que absorben los impactos, paneles flotantes sobre las piscinas, barreras para la protección de los greens de golf y un largo etc. Las materias sintéticas y más concretamente las plásticas, por su versatilidad, ligereza y durabilidad entre otras muchas propiedades, constituyen actualmente un material fundamental en la construcción de este tipo de instalaciones con capacidad para albergar a miles de personas.
El PVC, por ejemplo, se suele instalar en colegios y pabellones ya que este material tiene una gran capacidad para absorber los impactos.

Para surcar en las aguas

Surf, bodyboard, windsurf, kitesurf, y otras modalidades, son deportes en los que casi la totalidad del material utilizado es de origen sintético. Así, las tablas se fabrican con una espuma dura, revestida de una cubierta termoplástica de polietileno o de resina acrilonitrilo-butadieno-estireno (ABS). La resina epoxi y la fibra de carbono son los materiales más comúnmente utilizados para los mástiles, que deben ser flexibles y soportar cargas muy importantes. La vela, por su parte, está fabricada de un tejido sólido, ligero y elástico que habitualmente suele ser poliéster. Y los practicantes de estos deportes utilizan habitualmente un traje de neopreno, un caucho de síntesis, sólido y extensible, recubierto de poliamida, gracias al cual se mantienen las temperaturas corporales.


Cuerpo sano

Algunas prácticas como la adición de cloro al agua de las piscinas para desinfectarlas están tan asumidas por todo el mundo que pasan inadvertidas, pero lo cierto es que esta esterilización evita numerosas enfermedades.




Las lesiones leves que sufren los deportistas (golpes, contracturas, esguinces, etc.) pueden aliviarse con ayuda de unas «bolsas de frío». Al golpear la bolsa, el hidrato de amonio que contiene se disuelve en el agua, produciendo un enfriamiento brusco de la disolución. 


Y, también,¿quién no conoce el “spray milagroso” del masajista? Éste consiste ni más ni menos que en aspirina disuelta en un disolvente llamado dimetilsulfóxido (DMSO) que provoca un enfriamiento brutal del músculo y aporta así un alivio provisional.




En otros casos se necesita calor para aliviar los dolores musculares. Las «bolsas de calor» contienen cloruro de calcio anhidro, que, al disolverse en agua, actúa de manera contraria desprendiendo calor.













Y, cuando se entra en el quirófano la química entra en juego en las prótesis o para reforzar los meniscos demasiado gastados.




Nuestro cuerpo también es química

El cuerpo humano es también una fascinante fábrica química donde constantemente tiene lugar una compleja mezcla de reacciones químicas. Esto es aún más evidente cuando se hace deporte. No hay más que pensar en la intensa sensación de fatiga que se tiene en las piernas tras una larga carrera, cuya causa suele ser una acumulación de ácido láctico en los tejidos musculares. Otra forma de fatiga se debe al agotamiento de las reservas de glucógeno en los músculos. Esta sensación resulta en gran parte de la actividad química de nuestro cuerpo y es muy bueno que la sintamos ya que de lo contrario seguiríamos realizando esfuerzos hasta morir de agotamiento. Por ello, el arte y el misterio del deporte consisten precisamente en entrenar el cuerpo de cada uno para hacer retroceder los límites de la fatiga.


El dopaje


Se puede hacer un mal uso de todo incluso de la química y, en este caso, el dopaje ilustra muy bien el problema. El dopaje se define como el uso abusivo o ilegal de sustancias y medicamentos (como los anabolizantes, esteroides, anfetaminas, EPO y otros productos del mismo género) absorbidos con la intención de mejorar el rendimiento del deportista y, como consecuencia, los resultados atléticos. Hay distintos tipos: tratamiento con fármacos, administración en sangre de glóbulos rojos para aumentar la transferencia de oxígeno y uso de técnicas de ingeniería genética.




Hoy, los avances de la química analítica permiten que cada día se pueda ejercer un mayor control y seguimiento de las sustancias dopantes.

Espero que esta pincelada de química en el deporte haya servido para darnos cuenta que esta ciencia no es la ciencia mala de la que muchas personas hablan, sino que nos ayuda en muchos aspectos de la vida. Y, en lo que nos viene al caso, en el deporte.
Parafraseando a Marie Curie (Premio Nobel de Química), “el camino del progreso no es ni rápido ni fácil”, sin esta disciplina científica, seguramente la superación y avance en el deporte sería casi imposible.

                                                                                                                                                  


  Natàlia


Agradecer a mi amiga Natàlia  el tiempo dedicado para realizar este artículo tan interesante sobre la evolución del deporte a través de la química.








1 comentario:

  1. Molt interesant! Mai m' havia parat ha veure els esport desde aquest punt de vista.
    Felicitats!!

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