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lunes, 11 de marzo de 2013

EL ÁRBITRO¿CULPABLE O INOCENTE?

LA CRUDA REALIDAD DEL COLEGIADO


Hoy vamos a tratar un tema, por desgracia, muy de actualidad en el deporte, especialmente en el fútbol.


El ÁRBITRO, ¿culpable o inocente?


El mundo del fútbol, especialmente, está inmerso en momentos delicados en todos los sentidos, cada vez más se nos olvida que estamos practicando un DEPORTE por el que todos sentimos la misma pasión y en el que todos formamos parte. Sin embargo, cuando nos disponemos a jugar un partido, en nuestras 'TOZUDAS' cabezas sólo recibimos una información, generalmente, negativa hacia el señor colegiado.


Lo más curioso del caso y que personalmente he observado en muchas ocasiones es que el RESULTADO daña seriamente nuestras emociones y pensamientos, cambiamos de la positividad a la negatividad, de ver una buena actuación arbitral a señalarla como la culpable de todo en apenas unos segundos. Y todo esto ocurre por la OBSESIÓN  RESULTADISTA de la que impregnamos y contagiamos a nuestros jugadores.


Todos, sobretodo los entrenadores, deberíamos preguntarnos: ¿Por que he encajado el gol?, ¿Que estaré haciendo mal?, ¿Como puedo corregirlo? ...


Pues bien, lamentablemente, en muchas ocasiones recurrimos a lo fácil, exculparnos de lo que hacemos erróneamente y culpar 'al hombre o la mujer cruel del silbato' con frases como: 'Si no hubiera sido por...', 'Lo ha comprado el rival', 'Que malo es', 'Nos ha robado el partido' y podría seguir hasta el infinito y más allá.


Pero hay una frase que enciende la mecha de todo árbitro ya sea recibida por un entrenador, jugador o aficionado: 'Hijo de ..., eres un burro, dedícate a otra cosa'.


Esta frase tan 'original, pensada y preparada de casa'  hace que la persona se desahogue y encima se vaya tan contento por haber demostrado delante de la gente su enorme 'VALENTÍA' hacia alguien que está en un terreno de juego haciendo su TRABAJO de la mejor manera posible.




La difícil tarea del árbitro, no consiste únicamente en pitar a 16 o 22 chavales que se disponen a disfrutar del momento tan esperado durante la semana, el partido. Una vez da inicio el encuentro, el/la señor/a del silbato tiene por un lado, la presión de los jugadores y entrenadores, la mayoría de las veces descontentos con la infracción señalada, algunas con razón, y por otro las aficiones rivales que se encargan de recordarle la profesión de su madre cada minuto de partido. Aún con todo ello, los/las colegiados/as intentan soportar la presión de la grada y decidir continuar haciendo su trabajo dignamente y sin rechistar, LECCIÓN DE EDUCACIÓN Y DEPORTIVIDAD de la que a nadie le queda constancia.


Supongo que ya os habréis dado cuenta que estoy hablando de los árbitros NO profesionales, aprendices de esta profesión, que no salen cada fin de semana publicados en los medios de comunicación por sus excelentes actuaciones pero si que cobran interés cuando ocurren desgracias, agresiones de individuos 'sin cerebro' que van al estadio a dar rienda suelta a su furia contenida sin pensar en los demás.


Cada uno somos responsables de lo que hacemos pero no podemos responsabilizar a los demás de nuestros errores o nuestra falta de conocimientos para solucionar determinadas situaciones. Todos cometemos errores.

¡SEAMOS JUSTOS CON NUESTRO TRABAJO Y CON EL DE LOS DEMÁS!



Respetemos a esa persona que viste de un color diferente al resto, que le pone la misma pasión y dedicación que nosotros a este deporte y colaboremos en su  difícil labor.







Luis  C.B.

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